El radicchio o achicoria roja es una planta de la familia de las compuestas, pariente de las lechugas, endibias y escarolas. Es de origen mediterráneo y su cultivo ya se daba en la antigua Roma; se mantuvo hasta nuestros días como un ingrediente destacado en la gastronomía italiana.
Está compuesto por un 94% de agua y tiene muy pocas calorías, ya que apenas ofrece 20 kcal por cada 100 gramos. Se destaca por su aporte de provitamina A y vitaminas del grupo B, y de minerales, como el potasio, el calcio y el magnesio; se destaca su gran acción antioxidante. La achicoria es muy valorada por sus propiedades digestivas gracias a la inulina y a la intibina, que se encuentran principalmente en los nervios y provocan su característico sabor amargo, lo que estimula la secreción de los jugos digestivos. Además, favorece el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar.
El cultivo del radicchio se realiza con la técnica del blanqueado, lo que permite suavizar el amargor de sus hojas para que resulte agradable al paladar y además provoca que las hojas sean más tiernas, ligeramente crujientes y que conserven el característico color blanco de sus nervios.
Sus hojas firmes y brillantes son ideales para la elaboración de todo tipo de ensaladas, pero además podemos disfrutarlo en risottos, al grill o también como acompañamiento de una gran variedad de platos.