Es una planta herbácea perenne y su follaje es muy ramificado y de aspecto plumoso.

Pertenece a la familia de la cebolla y el puerro y si bien su cultivo puede durar entre 8 y 10 años en el suelo, es de sus brotes más jóvenes que se obtienen los espárragos para el consumo. Pueden ser de color blanco o verde. Los primeros crecen dentro de la tierra y no reciben la luz del sol, mientras que los verdes son silvestres y se desarrollan en el exterior, de ahí su color debido a la clorofila que acumulan en su interior.

Poseen vitaminas A, C, E, del grupo B (B1, B2, B6), minerales como el hierro, calcio, fósforo, sodio, potasio y antioxidantes. Con un mínimo de aporte calórico, debido a un contenido muy bajo en hidratos de carbono, los espárragos son un alimento imprescindible para una dieta sana en cualquier ciclo de la vida.

El consumo de espárragos favorece la eliminación de líquidos, contribuye a la formación de glóbulos rojos, actúa como depurativo y además es muy beneficioso para el sistema nervioso por su aporte de vitamina B. Además es un excelente rejuvenecedor celular debido a sus antioxidantes, ayudando a combatir el cáncer, las cardiopatías y los trastornos oculares.

Desde el punto de vista gastronómico, los espárragos son muy interesantes ya que se los puede preparar de muchas formas: fríos o calientes, solos o como ingredientes de una receta. Existen varios métodos de cocinarlos, se pueden hervir en agua o también asar en un sartén o al horno.