El alcaucil de calidad se caracteriza por ser redondo, compacto, de color verde claro y brillante, y por tener las brácteas externas muy unidas al resto del fruto.
Originalmente procedente del Mediterráneo, en él se pueden apreciar muchos sabores, entre ellos un interesantísimo toque amargo y un regusto final dulce muy característico. Es rico en sustancias y principios activos muy beneficiosos para el organismo, por lo que no puede faltar en tu dieta gracias a su alto valor nutricional. Es un alimento rico en fibras y sustancias que ayudan al organismo a combatir problemas de hígado, páncreas, gota, vesícula biliar, colesterol y diabetes.
Además es diurético, por lo que favorece la eliminación de los líquidos.
Tanto como acompañamiento o en platos principales, el alcaucil nos permite disfrutarlo en un sinfín de presentaciones, como al horno, a la parrilla, al vapor, rebozado, frito, en tortillas y guisos.